Nuestra Estación

La estación ferroviaria de Villars fue y sigue siendo el edificio principal del pueblo. Fue construida por la Compañía General de Ferrocarriles en la Provincia de Buenos Aires en 1906, como parte de la vía que llegó a Rosario en ese mismo año. 
Al año siguiente se extendió el ramal a Nueve de Julio, pasando por Patricios. El empalme de ambos ramales se produce a un kilómetro al oeste de la estación, en el límite de la zona urbana.
La Estación de Villars es una de las estaciones más importantes de la línea, con depósito para 6 locomotoras y mesa giratoria, entre otras dependencias. Su momento de mayor actividad se desarrolló entre 1914 y mediados de la década de 1970, cuando se comenzaron a levantar algunos ramales y clausurar otros, cortándose los servicios de pasajeros como los de cargas.
Hasta fines de la década de 1980 era la estación terminal de los servicios locales desde la estación Buenos Aires, en el barrio de Barracas de la ciudad de Buenos Aires. 


 

El último tren que se registra es del año 1999, cuando la concesionaria del momento, Trenes Metropolitano, envió un coche motor liviano y un camión de vía desde González Catán hasta Villars.
Actualmente, el tráfico ferroviario que circula por Villars es parte de los vehículos de vía que posee la Asociación Amigos del Ferrocarril General Belgrano una asociación civil que trabaja por la recuperación del ramal y la infraestructura ferroviaria en conjunto con la empresa Trenes Argentinos Cargas y Logística Línea BELGRANO.


La caracterización del espacio del cuadro de las estaciones pertenecientes a la CGBA quedaba conformado por una serie de edificaciones como la estación, propiamente dicha, los talleres y los galpones ferroviarios.


Vista del exterior e interior (se aprecian además las fosas)  de los talleres donde se reparaban y alistaban las locomotoras.

Entre los elementos fundamentales para el funcionamiento del ferrocarril, se encontraban los tanques de agua, que eran depósitos construidos con estructuras de hierro y elevadas sobre pilares de mampostería. Abastecían las dependencias de servicio del edificio como los sanitarios y suministraban agua a las locomotoras a vapor.




La estación del ferrocarril replicaba una tipología arquitectónica consolidada en sus aspectos funcionales. Albergaba pasajeros, oficinas de mensajería, despacho de encomiendas y la vivienda del Jefe de estación.

Si observamos el diseño de las tipologías, podemos constatar las principales características del movimiento academicista francés: la perfecta simetría, caracterizada por una composición austera en la planta y en la fachada; la jerarquización de los espacios, manifestada formalmente a partir de un espacio central de mayor altura y espacios secundarios de menor altura y la precisión en el diseño y los detalles en las fachadas.


Detalles arquitectónicos del área superior de la Estación Villars.
El academicismo francés irrumpe con su estética incorporando en la fachada del edificio una marquesina, para el refugio de pasajeros, ligeramente inclinada inspirada en el movimiento art nouveau. La estructura era de hierro forjado y se complementaba con ménsulas y columnas decoradas, transformando la estructura en un conjunto de elementos decorativos.


En el andén, se observan detalles de las columnas y de las ménsulas.
Se advierte la presencia de elementos que integran el conjunto de la fachada, asociados a los nomencladores (carteles) de las distintas salas de la estación, el reloj (ver Apartado), la campana y los bancos de espera.



Cabe destacar que la Compañía requería una propuesta integrada en su composición, de este modo los elementos encargados por catálogo y traídos de Europa, debían traer inscriptos los logotipos de identificación.

 

En la actualidad, en la edificación funcionan la Biblioteca Popular Local "Don Ricardo Cal" y el primer Museo Ferroviario del Partido de General Las Heras.